Barcelona encontró AGUA EN EL DESIERTO gracias a una avivada del Kitu y al coraje de Djorka



A trancos y barrancos, pero también con coraje, una avivada y una guapeada, el Barcelona Sporting Club derrotó por uno a cero al Club Deportivo El Nacional, que al final de cuentas dejó la impresión de que mereció mejor suerte y que pelea en desigualdad de condiciones.

El primer tiempo en el estadio Monumental Banco Pichincha fue discreto con las justas, por no decir un poquito menos. Y esto en virtud de que El Nacional, con la sapiencia de su entrenador y sobre todo consciente de que su plantilla es inferior, arruinó el planteamiento previsible de Diego López con el Barcelona Sporting Club; al punto de que los quiteños tuvieron dos ocasiones de peligro y los porteños sólo una. La más clara sería el elenco Torero, ya bien avanzado el encuentro, después de una serie de pases que terminaron en una prolongación para Aníbal Chalá, quien tiró un centro adecuado a las circunstancias, pero muy fuerte para la llegada de Allen Obando. Así se fueron a los vestuarios.

 

Lo del segundo tiempo apuntaba a ser un suplicio, porque El Rojo le perdió el miedo al elenco Ídolo del Astillero, y más allá de equiparar las acciones, comenzó a encimarlo con un Byron Palacios fajado en delantera, y luego acompañado por un Anthony Chere que provocó sobresaltos. A los 72 minutos el árbitro sancionó un penal que parecía claro a simple vista, tras falta sobre un futbolista visitante, pero para alivio de la hinchada local, el VAR comprobó que no existió foul. Y a minuto seguido, en una avivada de Damián Díaz tras un tiro de esquina, y una corajeada dentro del área de Djorkaeff Reasco, el cuadro Amarillo finalmente pudo festejar el uno a cero.

 

En la recta final del compromiso, y después de los dos golpes recibidos en cancha, los jugadores de Los Puros Criollos perdieron los estribos, especialmente en defensa, en su apuro por trasladar la pelota lo antes posible a sus delanteros, y ahí el Canario perdonó la vida. En una jugada tan monumental como el estadio, del propio Djorkaeff Reasco, el atacante quedó solo frente al arquero, y pese a que tenía a Brian Oyola sin marca y a su lado, remató al bulto del portero David Cabezas. Así se fueron los noventa minutos de un gran partido.





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